
Mons. Nicolás Corona y Corona
Obispo de Papantla (1923-1950)
Nació en Aguacapan, jurisdicción de Autlán de la Grana, Jal., el 10 de Septiembre de 1877. Fue ordenado sacerdote el 1º de febrero de 1901 en Xalapa, Ver. Se caracterizó por la atención pastoral a los obreros.
A causa de la persecución desatada por la revolución tuvo que emigrar voluntariamente a los Estados Unidos y de ahí pasó a Cuba. En 1920 Mons. Rafael Guízar y Valencia le pidió sus servicios como Párroco de San Miguel Arcángel en Orizaba, Ver.
Episcopado en Papantla
Estando en esta parroquia es nombrado y consagrado Obispo de Papantla el día 28 de Enero de 1923. El 16 de Julio del mismo año toma posesión de su Diócesis en la ciudad de Papantla, Ver.
En 27 años de ministerio episcopal Mons. Corona erigió 2 parroquias, 2 cuasiparroquias que sumadas a las existentes en la Bula hacen un total de 26 para 32 sacerdotes ordenados durante su episcopado. Como ser humano era un hombre sumamente abierto, de carácter.
Probó las hieles del destierro y abrió el surco para el florecimiento de la Nueva Diócesis del norte de Veracruz. Su salud se resintió a partir del año 1948 y se agravó a finales de 1949. Falleció el 7 de Enero de 1950.
Mons. Corona contó con un número exiguo de sacerdotes, dos diocesanos, el P. Carlos Martínez Guerra Pro-secretario de la Sagrada Mitra y José Zamora Gutiérrez Capellán de San Rafael Arcángel de Teziutlán, Pue., y cuatro extranjeros adscritos a la diócesis, que al desatarse la persecución Callista en la República Mexicana en 1926 fueron expulsados, entre otros Víctor Iñarrátegui, Antonio Guizrnátegui, Mariano Maricalba y Buenaventura Dols. Así comenzaba la sucesión e incremento del presbiterio diocesano. El primer sacerdote ordenado por Mons. Corona fue el P. José Gertrudis López y el segundo el P. Félix Montes de Oca.
Persecución Religiosa
La persecución religiosa iniciada en 1926 por el Presidente de la República, Plutarco Elías Calles en todo el país, era secundada violentamente por algunos gobernadores (por ejemplo, Tomás Garrido Canabal en Tabasco), llegando asi con toda su crudeza al Estado de Veracruz con el Gobernador Adalberto Tejeda Olivares, quien en un segundo periodo como gobernador, cuando ya se habían firmado los acuerdos de 1929 entre la Iglesia y el Estado que ponían fin al conflicto, se opuso rotundamente a que Mons. Corona volviera a Papantla, esa es la razón por la cual durante esos años se dedicaba a visitar las parroquias clandestinamente y de incógnito.
El último párroco de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Papantla, el padre Carlos Martínez Guerra había salido huyendo en la primera mitad de los años 30 y le sustituye el padre Pedro que se hospeda primeramente con la familia García Vidal y después en la casa de la Sra. Pascualita, mamá de Don Pablo Santes, una humilde mujer que no obstante sus limitaciones económicas recibía a todos los sacerdotes. Estando allí un militar advierte al Sr. Rafael Villa (tal vez amigo suyo), de la orden que se había girado para detener al padre Pedro, quien enterado logra escapar por un arroyo subterráneo que atraviesa el barrio de San Juan.
Nacimiento
El padre nació en Amacueca Jal., (situado en la ruta del ferrocarril y carretera: Guadalajara a Manzanillo), el 29 de junio de 1911. Es ordenado sacerdote el 25 de mayo de 1935 y es destinado a la parroquia de Papantla, donde los primeros 5 años de su ministerio los vive escondido y en el anonimato, ataviado con el atuendo totonaco y arriesgando su vida a cada instante.
Una visita a Papantla del recién electo gobernador del Estado de Veracruz Miguel Alemán Valdés para solicitarle la reapertura del templo y del culto, fue posible más tarde gracias a la llegada de la Presidencia de la República del general Manuel Avila Camacho. A partir de entonces su parroquia florece en todos los sentidos. En lo material con el apoyo del ingeniero Merino y en lo espiritual con el acompañamiento de sacerdotes como Gregorio Aceves, Felipe Díaz, Benjamín Acosta, Crescencio Guzmán, entre otros. Desde temprana edad la diabetes le deterioraba su salud. 30 Días antes de su muerte, cuando le enfermedad ya estaba muy avanzada se le trasladó a la ciudad de México, donde en un intento por salvarle la vida, le amputaron una pierna. El 12 de junio de 1962 hacia el mediodía dejó de existir.
Diez años más tarde (12 de junio de 1972), sus restos mortales fueron colocados en una cripta del templo de Cristo Rey de la ciudad de Papantla. Los enemigos de la Iglesia en México, en un proyecto de ley, signado con el No. 197, delimitaban el número de sacerdotes: 1 para cada 100 000 habitantes católicos. Mons. Corona se refugió en Teziutlán, Pue., ciudad situada al noreste del Estado, comunicada únicamente con los demás pueblos y parroquias de la Diócesis por caminos de herradura y barcaza, o en coche sólo por la ciudad de México tomando el camino a Tuxpan y llegar por ahí a los pueblos del territorio norte.
Traslado de la Sede Episcopal
A finales de los 20´s Mons. Corona va la “Ciudad Eterna” para dar un informe a la Santa Sede sobre la situación socio-política y religiosa, tan deplorable en que se encontraba la Diócesis. Pidió a la Santa Sede las parroquias de Nuestra Señora de la Asunción de Teziutlán, Santiago Apóstol de Hueytamalco, San José de Acateno; y que simultáneamente pasaran los derechos de la Sede Episcopal que se habían dado a la ciudad de Papantla Ver., a la similar de Teziutlán, Pue.
En los años 30´s hay tensión y persecución en el Estado de Puebla. Los templos estaban abiertos pero no había culto. Gracias a las gestiones del Sr. Cura Don José Cabezas Martínez y la Señora Eufrosina Camacho de Avila, madre del general Avila Camacho, originario de Teziutlán, se logra en 1937 el respeto de la Iglesia, lo que influyó notablemente para el bien espiritual de la jerarquía y de los católicos en la región. Toleradas las relaciones Iglesia-Estado se entregó el terreno adjunto a la catedral, utilizado por los soldados como caballeriza. El 29 de Marzo de 1937 habitantes de Tlapacoyan, Ver., piden al gobernador del Estado que abra su templo para el culto.
El 12 de abril del mismo año son nombrados dos sacerdotes para las parroquias de Tuxpan y Misantla. Su Santidad el Papa Pío XI decretó que el territorio de las parroquias de Teziutlán, San José Acateno y Hueytamalco, con todos sus feligreses, sea desmembrado de la Arquidiócesis de Puebla de los Angeles, y perpetuamente agregado a la Diócesis de Papantla, quedando mudados, por tal motivo, los límites de ambas Diócesis, con todos los derechos, honores y prerrogativas de que gozan las sedes episcopales en América Meridional y que el templo parroquial de Teziutlán, dedicado a la Asunción de la Santísima Virgen María, a partir de entonces sea la nueva Catedral (1939).
Formación del Clero
Durante los primeros 18 años, quien deseaba ingresar al Seminario recibía la formación al lado de algún sacerdote de modo personal. El Seminario comenzó como Colegio Apostólico el 24 de Abril de 1940, estaba ubicado en el templo de San Rafael Arcángel de Teziutlán. El 15 de abril de 1943 estrena (el seminario) nuevo plantel de un piso y techo de teja en la Avenida Juárez No 77 (actualmente 801).
El 14 de Agosto de 1945 se decretó la confiscación de las oficinas de la Catedral y de los amplios predios anexos del templo, a cuya demolición y ocupación procedió el Ayuntamiento el 7 de Enero de 1946, quedando desde entonces la catedral con la pequeña sacristía únicamente, la antesacristía y el estrecho cuadrante que ahora tiene.
XXV Aniversario de la Diócesis
24 de Noviembre 1947 Monseñor Nicolás Corona y Corona organiza y dirige las solemnidades del xxv aniversario de la erección canónica de la Diócesis, y con facultad pontificia corona la imagen de la Santísima Virgen María bajo la advocación del Monte Carmelo que se venera en Santuario de esta ciudad Episcopal y celebra así sus bodas de Plata Episcopales.